Sabemos que practicar es esencial para mejorar nuestro dominio del instrumento. Por ello, pasamos muchas horas estudiando y sin embargo, el progreso que conseguimos no siempre es el deseado. ¿Qué hacemos en esa situación? Pensar que no estamos estudiando lo suficiente e incrementamos el número de horas de práctica personal, cuando realmente lo que deberíamos plantearnos la calidad de nuestra sesión de estudio.
¿En qué consiste una buena sesión de estudio?¿Cómo empleamos nuestro tiempo?¿Por qué trabajamos de esa forma ese pasaje concreto y no de otra?
Todas estas preguntas nos las hemos planteado los músicos, o deberíamos, varias veces a lo largo de nuestros años de estudio. Es obvio que si dedicas más tiempo a tu instrumento mejorarás más que si no le dedicas nada, pero es evidente también que la práctica organizada y centrada te garantiza mejores resultados en mucho menos tiempo que el que le dedicabas hasta ahora.
¿Cómo puedo convertir mi sesión de estudio en una BUENA sesión de estudio?
Este es el primer artículo de una serie dedicada a convertir tus sesiones de estudio en sesiones productivas, que te permitirán, además de obtener mejores resultados, tener tiempo para ti más allá de la música.
Como decía la canción de Estopa «búscate un objetivo distinto, que soy como el vino tinto…» antes de empezar tu sesión de estudio. Tocar las obras de principio a fin no es lo mismo que estudiar. Pregúntate: ¿Qué quiero conseguir hoy? y trabaja para alcanzar ese objetivo.
A todos nos gusta sentirnos bien tocando, y esto también ocurre cuando estamos encerrados estudiando nuestro instrumento: repetimos una y otra vez esos pasajes que nos salen genial, sin parar, de arriba abajo. Si midiéramos el tiempo que pasamos moviendo dedos y practicando cosas que ya sabemos, veríamos la cantidad de horas de buen estudio que hemos perdido.
A estas horas perdidas, vamos a sumar las horas invertidas en estudiar en piloto automático o sin objetivo, y te darás cuenta de la cantidad de tiempo que podrías haber aprovechado con tu familia o amigos, haciendo deporte, dedicándote a otro hobbie, o simplemente descansando… ¿ Crees que compensa?
Trabajando en un laboratorio
Una idea, que me gustó mucho, y que me comentó un profesor que tuve, fue la de trabajar como si fuéramos científicos investigando en un laboratorio. En lugar del típico proceso de ensayo-error, como «científicos» analizaremos las diferentes hipótesis y qué combinaciones de «ingredientes» producen aquello que estamos buscando. Para ello, nos pararemos a pensar:
QUÉ ha ido mal y quiero mejorar
POR QUÉ ha ocurrido esto
CÓMO puedo corregir este problema.
Un ejemplo, para que lo veáis más claro sería:
Estamos trabajando un pasaje de una obra cualquiera, pero no acaba de sonar como nos gustaría. En vez de repetir, una y otra vez hasta el infinito, o hasta que nos salga por casualidad, y limitarnos a decir «está mal», pararemos y nos preguntaremos las cuestiones anteriores:
¿Qué ha ido mal? Suena todo igual, pequeño, me gustaría que tuviera más resonancia, pero sin desafinar.
¿Por qué ha ocurrido esto? Porque mi embocadura estaba demasiado apretada, y no he creado ningún espacio de resonancia en la boca. Además, estaba pensando que tengo que sacar al perro en lugar de centrarme en hacer música.
¿Cómo puedo corregir esto? Trabajando primero la posición de la embocadura, creando un espacio entre los dientes, etc.
Planteándonos estas preguntas, nuestro tiempo de estudio se convertirá en un enriquecedor proceso de experimentación activo, centrado en la consecución de objetivos y en la solución de problemas, en este caso tocar con mayor resonancia y afinación, y hacer música en lugar de dar cantidades de notas.
Al principio, puede parecer una pérdida de tiempo estar preguntándose todo esto cuando nos equivocamos, pero una vez que se convierte en hábito esta forma de estudiar, tus sesiones de estudio serán mucho más enriquecedoras y gratificantes.
¿Esta combinación de ingredientes, que acabas de probar, te ha ayudado a conseguir tu objetivo? Si no es así ¡ pruebas nuevas mezclas ! Porque como decía Einstein:
¡Hasta el próximo artículo! Te espero en las redes sociales: Twitter y Facebook.
8 respuestas
Hola Elena.
Felicidades de nuevo por tu post. Considero que es algo muy interesante y que los profesores hemos de insistir mucho con nuestros alumnos. El trabajo concienzudo, razonado y lento es muy importante.
Sigue así.
Un saludo.
¡Muchas gracias, David! Ojalá nos hubieran enseñado cómo estudiar desde pequeños… Ahora nos toca a nosotros hacer esa labor, que con nosotros, o al menos conmigo, no hicieron hasta muchos años después!
Un saludo 🙂
Hola Elena, Muchas gracias por el post. Soy estudiante de sexto de grado medio en flauta en un conservatorio de la provincia de castellón y últimamente estoy un poco decepcionada conmigo misma ya que no obtengo el resultado que busco estudiando tres horas al día, y me había planteado muchas veces que a lo mejor el problema está en que no se organizarme, y efectivamente como tu bién has dicho yo soy de las que toca la obra muchas veces de arriba a bajo. Ahora estoy enfocando la partitura de otra manera y espero que me vaya mejor. Gracias !
Hola Rosa, ¡muchas gracias a ti por compartir tu opinión! Me alegra haberte podido ayudar, aunque sea un poco. Ten en cuenta, que esto es un trabajo a largo plazo, no desesperes si tardan en llegar los resultados deseados. Continúa trabajando y modificando tus «ingredientes» para conseguirlos. Sigue atenta al blog para saber más trucos que te puedan ayudar en el estudio. Puedes compartir tus progresos e impresiones de este método y otros por aquí o en las Redes Sociales. Un saludo 🙂
Muy buen consejo, Elena.
Tener un objetivo claro es fundamental para avanzar y estudiar con eficacia. El problema muchas veces no está en el tiempo que echamos sino en la organización y el aprovechamiento de este.
Saludos!