La importancia de la grabación para un músico

Es difícil mejorar cuando ya creemos que lo hacemos todo bien,  pero ¿lo estamos haciendo realmente tan bien como pensamos? Una curiosa característica del ser humano es su capacidad para autoengañarse y los músicos, como seres humanos que somos (aunque algunos se consideren de una especie superior), lo hacemos y mucho.

Existen varias formas de engañarse a uno mismo: desde rodearse de aduladores para sentirse bien, hasta practicar mil veces ese pasaje que ya nos sale para darle el gusto a nuestro ego. ¡Incluso nuestro oído se atreve a engañarnos! Y lo hace más habitualmente de lo que creemos. Me explico:

¿Has probado a grabarte tocando ese pasaje que tan bien te sale? Seguramente, cuando lo escuches encontrarás detalles en los que no habías caído hasta ahora: el doble picado no suena tan exacto como creías, no se percibe el crescendo, acentúas antes de respirar… Esto ocurre porque mientras tocamos, no nos escuchamos de forma tan objetiva como deberíamos.

Pero no todo es negativo: seguro que encuentras momentos en los que tu flauta suena de maravilla, y si no fuera por la grabación, no habrías reparado en ello.

Recuerdo salir decepcionada de más de una audición por no haber tocado como (debería) me gustaría y no creer los comentarios positivos de compañeros porque para mi había sido todo el conjunto un horror. Pero horror era esa forma de pensar, que por suerte pude abandonar (puedes leer más en este artículo). Varias semanas después, cuando el «fracaso» ya estaba más asumido, me atrevía a escuchar las grabaciones de las audiciones y la conclusión siempre era la misma: ¡pues tampoco sonaba tan mal como creía!

Grabar tus sesiones de estudio y conciertos te ayudará a encontrar tus puntos débiles escondidos y a valorar esos puntos fuertes que hasta el momento desconocías. El objetivo no es evaluar cómo suena tu instrumento o buscar problemas a resolver sino encontrar cómo quieres que suene y trabajar para conseguirlo.

Grabar las clases

Seguro que cuando asistes a una masterclass de tu instrumento como oyente, te llevas papel y boli para anotar el máximo número posible de consejos que da el profesor de turno, para luego así, aplicar los que consideres más útiles. ¿Haces lo mismo cuando participas activamente en una clase? Yo era de las que, al terminar mi turno, anotaba todo los consejos que me acababan de dar para no olvidarlos al volver a casa y estudiar. Pero incluso 10 minutos después de la clase, muchos de los detalles se me habían olvidado. Decidí entonces grabar todas mis clases.

Te sorprendería saber la cantidad de información que pasamos por alto cuando participamos activamente en una clase, y si tenemos en cuenta que cada clase o curso suele tener un elevado precio, grabar se convierte en una gran opción. Puedes escuchar las valoraciones y consejos del profesor una y otra vez, volver a hacer esos ejercicios que te propuso para mejorar tu sonido y que ya habías olvidado y también te puedes escuchar a ti mismo tocando y hacerlo de forma más objetiva.

No a todos los profesores les gusta que les graben y eso hay que respetarlo, pero si tienes la oportunidad, no dudes en sacar tu grabadora y volver a reproducir esa clase en otro momento, verás cómo tu percepción cambia completamente y la aprovechas mucho más. A mi me hace ilusión volver a revivir clases de hace varios años, ver el progreso y escuchar de nuevo los consejos de grandes maestros de la flauta. 🙂

Espero que te haya gustado este artículo y que te animes a incluir una grabadora en tu próxima clase. Cuéntame qué te ha parecido la idea o, si ya eres de los que se graban o graban sus clases ¿ de qué manera te ha ayudado a mejorar?

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