La pesadez del músico

Que no se me ofenda nadie, pero creo que los músicos somos, en la mayoría de los casos, unos pesados. Sin embargo, antes de que te enfades y vayas directo a escribir un comentario para ponerme verde, déjame que te explique por qué nuestra pesadez puede resultar positiva y por qué no deberías dejar de ser pesado nunca…

Cuando hablo de pesadez no me refiero a eso ocurre cuando nos juntamos varios músicos (sobre todo si somos del mismo instrumento) y nos convertimos durante un rato en frikis: que si el Sib se hace de una forma u otra, que si el último invento de turno convierte tu instrumento en un torpedo… y así hasta llenar las 24h del día (¡y suerte que no hay más!).

Es ese otro tipo de pesadez la que hace al músico digno de admiración: la perseverancia. ¡No me digáis que no es admirable ver a una persona que, después de haber sido rechazada 100 veces, sigue preparándose unas pruebas con la misma ilusión!

La perseverancia es la capacidad para seguir adelante a pesar de las dificultades, los obstáculos, la frustración, el desánimo, el aburrimiento, o los deseos de rendirse o abandonar.  Por desgracia de esto sabemos mucho los que estamos en ese mundo y aún así, seguimos luchando para seguir en él.

La clave está en insistir hasta el logro. Algunos dicen que a la tercera va la vencida, pero a veces es a la décima o incluso más tarde. ¿Y qué ocurre si el logro no llega nunca? A lo mejor no llega de la forma que esperabas, a lo mejor no es esa gran orquesta la que te contrata, pero esa preparación te permitirá seguramente alcanzar tu objetivo de realizarte plenamente en otra agrupación, aunque sea «menos grande».

Frase perseverancia

¿Te has planteado si conseguir tu meta depende de ti al 100%? Cuando nos exponemos ante un tribunal no siempre estamos seguros de lo que buscan exactamente, y por muy bien que toquemos, no siempre somos lo que ellos quieren. Como ocurre con las parejas: puedes conocer a la persona más inteligente, guapa y fantástica del mundo, pero le falta ese «algo» para que te guste. Por tanto, sólo podemos ocuparnos de lo que sí depende de nosotros y aceptar que no siempre nos van aceptar como «novio» en la orquesta o conservatorio deseado.

Seguro que has pensado que todo esto suena muy bonito, pero que después de 30 pruebas en las que te han rechazado, estás de la perseverancia hasta el gorro, y que si es tan importante y es la clave del éxito ¿por qué no te cogen a ti, que haces la misma prueba para la misma orquesta cada vez que la convocan? La respuesta es sencilla: porque se valora más el momento puntual en el que tiene lugar la genialidad y no se valora tanto todo el trabajo y esfuerzo que va unido a ese resultado. Es decir, que se lleva el gato al agua el que mejor toque ESE día, no necesariamente el que mejor toque.

Como no sabes cuándo serás tú el que mejor toque en el día D, no dejes de insistir, de perseverar… en definitiva, de ser un pesado.

perseverancia

Si soy pesada con mis alumnos, repitiendo una y otra vez eso de «utiliza más aire» o sus variantes, ¿no voy a serlo con mi carrera? Anímate a contarme tu caso en el que ese «1% de inspiración y 99% de transpiración» dieron sus frutos, cuando ser pesado te ayudó a conseguir lo que querías.

¡Hasta el próximo artículo! Te espero en las redes sociales: Twitter y Facebook.

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9 respuestas

  1. Mi mas sincera opinión dentro de tan gran amplitud en este conocimiento, uno de los mayores que la humanidad a organizado, es la perseverancia y la libertad, la perseverancia es dura, muy dura, aunque creo que la libertad es aun mas dura, ya que la libertad esta siempre limitada por la influencia institucional, no es el sentido de libertad democrática al que me refiero, es al sentido de libertad meritocrácica, lo que demuestra que cualquier persona no es igual, es superior o inferior pues depende de sus méritos donde las instituciones la influencian limitando su libertad y transformando a las personas en su peor enemigo, la competitividad, es lo que rebaja a una persona que puede estar plagada de poesía y no ser libre para escribirla, componerla, filmarla, dirigirla, pintarla, esculpirla, conocer su trayecto es andar desde su libertad.Un desdichado día, tuve una experiencia que sería la peor pesadilla para cualquier músico y fue tocar mi sintetizador en una orquesta sin tocar, solo haciendo que toco el instrumento, sampleando mi partitura con otro sonido computarizado, naturalmente no toqué y no quise ser contratado.
    Solo es una experiencia, no tengo muchos conocimientos de música, quizás porque me suspendieron en sexto grado de piano y quizás porque venia la época de la dura vida laboral, tambien quizás porque aprender un oficio como la soldadura te hace ver que la libertad existe, si se estudia audiovisuales trazando quinientos setenta cordones de soldadura al día a 2,800º sabes saborear el estudio y ves la libertad y la perseverancia con extrema dureza, la diferencia es que no solo ves esas durezas, andas por ellas, no es difícil ni fácil, es duro…
    Lo peor que te puede decir alguien aunque diestro sea, no tiene nada que decir, es que no vales, es una de las mayores torturas psicológicas que pueden ser arrojadas contra una persona a la edad que fuere, no te lo dice una persona, te lo dice un adiestrado de una institución, por muy Liszt que sea.

    Atentamente.
    Adolfo.

    1. Por supuesto que es duro escuchar a un maestro, o a alguien a quien supuestamente admiras, decirte que no vales… pero ellos también se equivocan y ya nos ponemos suficientes piedras en nuestro camino nosotros mismos como para encima añadir las que nos vayan echando otros. ¡Así no hay quien ande!

  2. Hola Elena,
    Estupendo post. Es cierto que somos pesados, pero a veces depende del tipo de pesadez concreta para conseguir las cosas. No es lo mismo un loro que una radio… ¿a quién escucharías antes?¿a cuál vas a hacer más caso? ambos se pasan el día hablando.
    La repetición sin más no sirve de nada, hace falta una repetición consciente de qué es lo que falla y de qué es lo que tienes que mejorar. Consigue la prueba el músico que se empeña en mejorarse a sí mismo no porque quiera que lo contraten (que también, no hay que morirse de hambre), sino porque quiere ser mejor músico, por él, no por la prueba.
    Porque ese tipo de músico tocaría las mismas horas si no tuviera que presentarse a una prueba.
    Y esos son pocos.
    Igualmente, la perseverancia es importante en los músicos, y el hecho de llegar a serlo, ya es tener algo que los que no son músicos no siempre tienen: Hemos aprendido el valor y el precio de esa palabra.
    Gracias por tu post. Un beso

    1. Gracias por tu comentario, Rocío.
      Efectivamente la repetición porque sí no sirve para nada, pero no creo que gane el que quiera ser mejor músico porque todos queremos serlo. La diferencia está en saber marcarse los objetivos y estudiar para conseguirlos, sin importar el número de horas. Hay músicos que estudian miles de horas y otros con la mitad de tiempo consiguen el doble, la clave está en trabajar con una meta (como una prueba o simplemente mejorar un aspecto concreto de tu interpretación).

      Saludos 🙂

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