Tocar un instrumento supone repetir los mismos patrones de movimiento una y otra vez a lo largo de una sesión de estudio. Esto, además del cansancio físico y mental que implica tocar, nos puede llevar a tener dolores de espalda, muñeca, cuello, etc.
Por eso, hoy quiero compartir contigo los tres aspectos básicos para lograr una práctica instrumental saludable y evitar lesiones o dolores innecesarios. Porque como te conté en el artículo “Pilares fundamentales para una actuación exitosa” (pincha en el enlace para leerlo) nuestro cuerpo es nuestro principal instrumento.
¿Qué haces tú para cuidarlo?
1. Postura corporal
Es cierto que cada vez se está dando más importancia a este aspecto en los conservatorios con talleres o asignaturas como Técnica Alexander o Educación postural.
Sin embargo, por falta de tiempo o desconocimiento de su valor, muchos músicos no introducen rutinas de calentamiento en su estudio diario o prestan poca atención a su cuerpo y sus señales cuando tocan.
Ser consciente de tus hábitos posturales puede decirte mucho acerca de dónde se localizan tus puntos de tensión antes de que llegues a experimentar dolor. O peor, lesionarte.
Así que, observa tu postura y escucha tu cuerpo.
Es importante recordar que tus pensamientos condicionan buena parte del esfuerzo muscular que realizas. Por eso, en lugar de decirte “no coloques el brazo así”, “no hagas esto otro” y llenarte de directrices con lenguaje negativo, trátate con paciencia e imagina este trabajo postural como algo ligero y muy positivo.
Si eres flautista y quieres saber más sobre la importancia de la posición corporal, te dejo dos artículos que escribí hace algún tiempo:
2. Entorno
De poco sirve todo el trabajo postural que hacemos si luego el entorno de trabajo (el instrumento, el asiento, el atril, la iluminación…) no acompaña.
Cuántas veces nos hemos tenido que colocar de cualquier manera por entrar en un escenario pequeño con una orquesta numerosa. Por no hablar de las sillas en las que a veces tenemos que sentarnos en los ensayos que son de todo menos ergonómicas.
Estas son circunstancias que no siempre dependen de nosotros y nos toca adaptarnos porque es algo puntual. Pero si quieres conseguir que tus sesiones de práctica diaria sean saludables tienes que prestar atención a lo que sí puedes controlar: tu postura en relación a ese entorno de trabajo.
Porque he visto alumnos de flauta, violín o cello realmente jóvenes tocando con instrumentos de un tamaño al que sus manitas prácticamente no llegaban (con los consiguientes problemas posturales). O instrumentos que necesitan urgentemente un ajuste técnico y que te hacen forzar para conseguir sacar un sonido de ellos.
Así que, ya que pasamos tantas horas con nuestro instrumento, que al menos éste nos facilite el trabajo y no nos añada dificultades innecesarias.
Si tocas sentado busca una silla que no sea demasiado pequeña y si optas por tocar de pie, además de llevar un calzado cómodo, busca una postura equilibrada con el peso bien distribuido entre ambas piernas.
Ajusta el atril a una altura en la que tu cuello no se vea forzado y escoge siempre lugares para practicar con buena iluminación. Tus ojos y cabeza te lo agradecerán.
3. Descanso
Incluso cuando tienes una postura corporal y un entorno de trabajo óptimos, necesitas realizar pausas en tu sesión de estudio.
Pero no esperes a estar cansado y que tu cuerpo te pida parar. Sino que, como te he contado en otras ocasiones las pausas, al igual que el trabajo del repertorio, se planifica.
Para ello ten en cuenta lo siguiente:
- Establece pausas cada 45 minutos y cambia de entorno por 5 o 10 minutos. No sólo tu cuerpo porque tu cuerpo necesite un descanso, verás también cómo tu mente recupera energía más rápidamente.
- Divide tus sesiones de práctica en periodos más pequeños. Establecer dos o más sesiones breves a lo largo del día en lugar de una larga (y cansada), además de ser más beneficioso para tu cuerpo, aumentará considerablemente tu productividad.
- Evita largos periodos en la misma posición.
- Al igual que hacen los deportistas, date tiempo para recuperarte y descansar plenamente tras estudiar. Tu rendimiento en las siguientes sesiones se verá optimizado.
Conclusión
Como ves, son tres sencillos aspectos que puedes empezar a poner en práctica dentro de tu rutina de estudio hoy mismo y te sorprenderá lo que facilita las cosas a la hora de tocar el tenerlos en cuenta.
Y ahora, cuéntame tú ¿qué haces para tener sesiones de estudio físicamente saludables? comparte tu opinión con esta comunidad de músicos de Alto Desempeño en los comentarios de abajo.
¡Hasta el próximo artículo! Te espero en las redes sociales: Twitter, Facebook e Instagram.