Por qué en tu casa sí te sale y en clase no

Hoy tengo que confesarte algo: yo también he dicho en clase y más de una vez eso de “lo prometo, en mi casa me salía”. Por no hablar del gran número de veces que he escuchado la famosa frase de boca de mis alumnos de flauta. 

Sin embargo, aunque pudiera parecer una excusa para justificar ese pasaje que necesita más estudio, lo cierto es que en muchas ocasiones, es verdad que en casa sí que sale.

Entonces ¿qué hace que los resultados conseguidos en una sesión de estudio desaparezcan al tocar frente al profesor? ¿Qué podemos hacer como profesores para ayudar a nuestros alumnos?

Lo primero que habría que hacer es analizar la manera de practicar y enfocar el estudio. Por eso, en cuanto tu alumno/a te suelte la frasecita pídele que te muestre cómo estudia. Es importante que te enseñe cómo lo hace con su instrumento (sí, tocando) y no que sólo te lo explique con palabras.

Esta información puede ser muy valiosa para saber por qué los resultados no se mantienen más allá de la comodidad del hogar. 

Y es que muchas veces no estamos aprendiendo de la manera que mejor nos funciona a nosotros ni de acuerdo a la fase del aprendizaje en la que nos encontramos cada uno. 

Porque cada persona aprende de manera diferente y esto no tiene nada que ver con el talento o inteligencia.

Qué nos funciona a cada uno

Recuerdo hace algunos años que fui admitida como alumna activa en las masterclasses de un gran flautista de renombre internacional. Los días previos estaba realmente emocionada porque siempre le había admirado y deseaba escuchar sus consejos para progresar tocando (y por ver si se me pegaba algo de su enorme talento también, por qué no decirlo)

Pues bien, mentiría si te dijera que no aprendí nada, pero sí puedo decir que fue una auténtica decepción. No porque él no supiera enseñar (o sí, pero ese es otro debate) sino porque el tipo de instrucciones que me daba no funcionaban para nada conmigo. 

Y es que recibir clases de los mejores músicos de tu instrumento no es garantía de aprendizaje. Para eso necesitas entender cómo aprendes: cómo asimilas tú la información, cómo procesas nuevos conceptos y cómo la retienes. 

5 estilos de aprendizaje más comunes en los músicos

Aunque nuestro aprendizaje puede tener características de varios estilos, lo cierto es que uno de ellos suele funcionarnos mejor, sobre todo cuando tenemos repertorio nuevo que preparar o necesitamos cambiar nuestra técnica. 

¿Con cuál te identificas más?

1. Visual:  aprende observando cómo toca la otra persona, el profesor por ejemplo. 

2. Auditivo: retiene mejor la información escuchando y recuerda aquello que escucha. 

3. Verbal: aprende a través de las explicaciones sobre cómo se toca algo, las palabras son su guía. 

4. Kinestésico o físico: aprende sintiendo los movimientos y sensaciones físicas de sus músculos al tocar. 

5. Intrapersonal o solitario: aprende mejor a través del ensayo-error, prueba hasta que lo consigue. 

Aunque pueda parecer curioso, el estilo de aprendizaje que mejor le funciona a muchos músicos no siempre es el auditivo. Yo precisamente me incluiría en ese grupo. 

Así que te animo a analizar qué te funciona mejor a ti para encontrar tu estilo.

Fases del aprendizaje

Además de tener en cuenta el estilo de aprendizaje de cada uno, es muy importante saber en qué fase del proceso de aprendizaje te encuentras para que puedas progresar con tu instrumento y los resultados sean duraderos.

  • Fase cognitiva: fase inicial en la que el músico se esfuerza por entender qué tiene que hacer (analiza la obra, cómo la puede trabajar, qué digitaciones necesita, etc.). La ejecución suele ser poco coordinada y sin fluidez y como nuestra atención está a pleno rendimiento, hay un gran gasto de energía y muchos errores. Por eso es fundamental en esta etapa practicar lentamente  y así poder corregir los errores de manera efectiva. 
  • Fase asociativa: tras varias sesiones de práctica, se va perfeccionando la interpretación. Los movimientos están más coordinados y se reducen considerablemente la frecuencia y magnitud de los fallos. Como se procesa la información de manera más eficiente, podemos dirigir la atención a aspectos de la interpretación que van más allá de la técnica. 
  • Fase autónoma: hay tantísimas horas de práctica detrás, que la habilidad motora se realiza casi automáticamente y sin esfuerzo. La información se procesa muy rápidamente y por ello el gasto energético y cognitivo es mínimo. Los errores son pocos o ninguno lo que permite al músico concentrarse en información externa y en su estrategia de preparación para la actuación en público.

Qué hacer para mantener los resultados de la práctica fuera de casa

  • Identifica tu estilo de aprendizaje dominante y en qué fase del aprendizaje te encuentras.
  • Confía en ti mismo y deja ir la necesidad de control total.
  • Vigila tu diálogo interno y evita el autosabotaje.
  • Deja a un lado el perfeccionismo y sé productivo.

Como ves, la manera en la que has estado practicando en casa influye directamente en tu desempeño frente a un profesor o el público. Que tú tengas una manera diferente de aprender o que tus alumnos necesiten distintos tipos de indicaciones por tu parte no significa que tengas menos talento o que ellos sean peores alumnos. 

Recuerda también que vamos evolucionando con el tiempo y la experiencia. Y que lo que te funcionaba para preparar esa obra hace unos años puede cambiar a lo largo de tu carrera musical. 

Hasta aquí el artículo de esta semana. Espero que te haya gustado y te sirva para mantener los resultados conseguidos en casa también fuera de ella.  

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2 respuestas

  1. ¡Muy buen artículo! A mis jóvenes alumnos/as les encantará saber que les creo Y PUEDO JUSTIFICARLO (a mi profesor no tanto 😂)

    1. ¡Muchas gracias por tu comentario, Adrián!
      Creo que a todos nos habría gustado que nos creyeran cuando lo decíamos en clase 😉
      Así los alumnos, los que lo dicen de verdad y no como excusa, se sentirán comprendidos y podrán ser ayudados
      por su profe 😀

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