¿Conoces la sensación de trabajar mucho un pasaje y días después, al volverlo a tocar, sentir que no has avanzado nada? es bastante frustrante, pero podría tener solución: incluir el repaso en tus sesiones de práctica.
Numerosos estudios han demostrado que repasar el inicio y al final de cada sesión permite un aprendizaje mucho más rápido y un progreso mayor.
Para muchos puede parecer una pérdida de tiempo volver a tocar lo que ya trabajaron ayer, más aún, cuando tienes que montar un amplio repertorio o preparar muchos pasajes para una audición de orquesta. Pero créeme, incorporar el repaso a tus sesiones de estudio logra justo lo contrario, ahorrarte tiempo después.
Allá por el siglo XIX, el psicólogo alemán Herman Ebbinghaus realizó varios estudios sobre la memoria y los ciclos de recuerdo y olvido. A partir de ellos elaboró la llamada curva del olvido.
¿Qué es la curva del olvido?
La curva del olvido es la representación gráfica de la pérdida de información sobre lo estudiado que se produce con el paso del tiempo. Y Ebbinghaus se dio cuenta de que esa pérdida se producía rápidamente (más de lo que nos gustaría a muchos):
- En el plazo de 1 día, el porcentaje de olvido es de un 50%.
- En 2 días es del 70%.
- En 1 semana es del 90%.
Como ves, los resultados no fueron nada motivadores…
Descubrió también que la información olvidada (por ejemplo, una obra que llevas un tiempo sin tocar) podía aprenderse de nuevo invirtiendo menos tiempo que la primera vez que empezaste a prepararla, ya que necesitaba menor número de repeticiones y siempre que hubiese sido repasada en su momento.
Sin embargo, si ahora pretendes tocar una obra que montaste hace años y que no has repasado nunca, tendrías que emplear el mismo esfuerzo que al tocarla por primera vez.
Piensa en una obra que tuviste que tocar para un examen importante, para el que te estuviste preparando mucho tiempo, como el recital de fin de carrera. Y recuerda ahora una obra que preparaste por ampliar más tu repertorio, pero cuyo estudio no fue tan intenso ¿cuál crees que podrías desempolvar más rápidamente, si fueran de un nivel similar? exacto, la del examen importante.
Por eso hay que incluir el repaso en nuestras sesiones de estudio, para consolidar lo aprendido y disminuir la curva del olvido. Sólo así lograrás un aprendizaje duradero y efectivo y que lo trabajado hoy no desaparezca dos días después.
Consejos para sacar mayor partido al repaso
- Incluir el repaso al principio y al final de tu sesión de práctica
Convierte en un hábito repasar el repertorio trabajado en esa sesión.
Una vez completados los objetivos que te has marcado para ese día, vuelve a tocar las obras y deja por escrito tus impresiones y qué necesitarás trabajar el día siguiente.
Como recomendación, toca las obras a una velocidad menor de la estudiada para un mejor asentamiento de la información.
Recuerda que realizar este repaso te está ahorrando mucho tiempo de trabajo en el futuro y verás cómo, por arte de magia, empiezas a mejorar mucho más.
Comienza tu siguiente sesión de estudio repasando las anotaciones que hiciste antes de volver a tocar las obras, verás cómo esto también te ayudará para aumentar tu motivación.
- Planifica tus repasos
Al igual que es importante planificar las sesiones de estudio, deberíamos hacer lo mismo con los repasos.
Aquí es cuando te preguntarás ¿pasa algo si algún día no repaso? y la respuesta es que dependerá de en qué momento del estudio te encuentres.
Como hemos visto, un día después de comenzar a trabajar una obra nueva se pierde el 50 % de toda la información. Por eso, es fundamental incluir un repaso de la obra trabajada 24 horas después.
Pasadas esas 24 horas y sabiendo que con cada repaso se modifica la curva del olvido, ya no será necesario que repases la misma obra de manera tan seguida y podrás dedicarte más a fondo a otra pieza o pasaje orquestal.
- El repaso de después
Es quizás el más importante y el que menos solemos hacer.
Creo que todos nos hemos visto haciendo repasos de último minuto antes de una clase o de una audición y es precisamente, el que se realiza después el que más nos ayudará a avanzar.
No tiene que ser un repaso realizado con el instrumento. De hecho, he visto cómo anotar nuestras sensaciones y reflexiones después de tocar para revisarlas una vez en casa, ha sido de mucha más ayuda para ganar en claridad y avanzar.
Así que, si todavía no lo has hecho, consigue un cuaderno y ponte manos a la obra.
Espero que te haya gustado el artículo y te animes a incluir el repaso en tu día a día como músico. Si ya lo haces ¿qué ideas o consejos nos puedes dar para tener un nuevo punto de vista? Compártelos en los comentarios
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