Efecto Pigmalión: Cómo las expectativas de otros determinan tu rendimiento

Los demás ejercen gran influencia sobre nosotros. Las expectativas y creencias que profesores, familia o compañeros tengan respecto a ti, afectan directamente a tu rendimiento. Más de lo que crees.

Y así se ha demostrado en investigaciones. Es lo que se conoce como “efecto Pigmalión”.

En su famoso estudio con alumnos de primaria, el profesor de Harvard, Robert Rosenthal (el efecto Pigmalión también es conocido como “efecto Rosenthal”), hizo creer a profesores que un determinado grupo de sus alumnos había obtenido puntuaciones brillantes en un test de inteligencia. Lo cierto es que se escogió aleatoriamente al 20 % de los alumnos de cada grupo para ser etiquetados “con más potencial”.

Al finalizar el semestre, estos alumnos habían mejorado significativamente sus resultados académicos. Algo que no había ocurrido con el resto de compañeros de la clase, cuyo progreso había sido menor. 

¿La razón? sus profesores creían en ellos e inconscientemente transmitían a ese grupo de niños sus expectativas positivas.

El efecto Pigmalión en la música

Si analizas tu trayectoria como músico, seguro encuentras situaciones en las que los comentarios que te hizo un profesor o compañero fueron determinantes para presentarte a unas audiciones de orquesta, a un concurso o simplemente disfrutar más de un concierto. Y es que en la música, el efecto Pigmalión está también muy presente. 

Pongamos, por ejemplo, que siempre te han dicho que tienes un gran talento y que tocas muy bien. Sientes que a la gente le gusta lo que haces. Esto te sirve de motivación para seguir practicando y la confianza que tienes en ti mismo es buena. Por eso, es probable que progreses más que otros compañeros que no reciben tanto apoyo.

Además, si tu profesor te anima a presentarte a concursos porque cree que tienes posibilidades de hacer un buen papel en ellos, te están dando oportunidades que no puedes desaprovechar. 

¿Qué ocurre cuando las expectativas son negativas?

En ocasiones, las creencias de otros acerca de ti no son tan positivas. Puedes sentir que no confían en ti, que esperan que falles y llegas a creer que te faltan habilidades y no eres buen músico. 

Tus propias expectativas son bajas y por eso, no tocas como te gustaría. No te presentas a concursos o audiciones porque crees que no tienes ninguna posibilidad. Y evitas subirte a un escenario por miedo a equivocarte y quedar en evidencia. 

Pero la verdad es que nunca te han dicho que tocas mal. Simplemente no te han ofrecido el mismo tipo de apoyo y oportunidades. 

Este fenómeno llamado “efecto Golem” o “Pigmalión negativo”, ha sido también muy estudiado en el ámbito de la pedagogía por su impacto directo en el aprendizaje, rendimiento y autoestima de los estudiantes. 

La realidad de las expectativas

Hay que tener en cuenta que las expectativas que puede tener otra persona suelen basarse en poca información, sólo conocen una parte de la realidad. Inconscientemente, eso les hace actuar contigo de manera que tus acciones te lleven a resultados que se ajusten a su creencia. 

De ahí que el nombre de estos efectos también sea “profecía autocumplida”.

Un ejemplo en el ámbito instrumental lo encontraríamos con un profesor de conservatorio con dos alumnos en el mismo curso, pongamos 6º de Enseñanzas Profesionales. 

Ese profesor considera que uno de ellos, María, tiene un talento especial.  Le da un repertorio que le permita lucirse, pero que sea lo suficientemente complicado como para que le suponga un reto. Intercede también para que en la asignatura de orquesta ocupe siempre la plaza de clarinete 1 y la prepara para las pruebas de acceso al Conservatorio Superior con especial interés y entusiasmo. María siente que se valoran sus esfuerzos y se siente capaz de superar las dificultades. Acaba consiguiendo lo que se esperaba de ella.

Por otro lado, tenemos a Pablo que también toca muy bien, pero siempre está por detrás de María. Por mucho que practique, para su profesor, no llega al nivel de su compañera. Lo más probable es que el repertorio que escoja para él suponga un reto más sencillo y, de manera inconsciente, hará que Pablo acabe con un nivel menor. 

Si a Pablo, además, le falta confianza en sí mismo, sentirá que no vale para la música y es posible que lo acabe dejando. Eso «confirma» que su profesor tenía razón: Pablo no tiene tanto futuro como María.

Es importante recalcar que, en la mayoría de los casos, el profesor no es consciente de esa manera de actuar diferente con cada alumno. No es responsable de los resultados que obtengan, pero con sus acciones facilita que sus creencias se acaben convirtiendo en realidad.

Qué hacer si reconoces estos efectos en tu entorno

Ahora que ya sabes en qué consisten el “efecto Pigmalión” y el “efecto Golem”, te resultará más sencillo detectarlos. Por eso te propongo una serie de aspectos a tener en cuenta tanto si las expectativas son sobre ti o si eres tú el que las tienes sobre otros (por ejemplo, si eres profesor).

Si te afectan las expectativas de otros sobre ti

  • Trabaja en tu autoestima y confianza.
  • Asume retos a pesar de la opinión de los demás.
  • Aléjate de las personas que únicamente ven tus fallos.
  • Acepta que, hagas lo que hagas, siempre habrá alguien al que no le guste como tocas
  • Recuerda que los demás sólo conocen una parte de tu historia y sus expectativas se basan en sus propias vivencias.
  • Si quieres tener en cuenta la opinión de los demás, que sea de alguien con experiencia en tu situación.

Si tienes demasiadas expectativas sobre otros

  • Evita etiquetar a los alumnos o a otros músicos.
  • No asumas como verdaderos los comentarios que te hagan de otros.
  • Revisa tu actitud y lenguaje (incluido el no verbal) con lo demás.
  • Dedica tiempo de calidad a cada alumno, sea cual sea su nivel y que sienta tu apoyo.
  • Deja que el alumno descubra sus límites sin prejuzgar o condicionar su actuación. 

Para terminar quiero compartir contigo este breve video que resume muy bien el poder que nuestras palabras y acciones ejercen sobre los demás. Espero que te guste tanto como a mi.

¿Te has sentido identificado con alguno de los efectos mencionados? estoy deseando conocer tu historia. Sabes que puedes compartir abajo, en los comentarios. 

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